lunes, 16 de enero de 2017

Aeropuerto Internacional de Chinchero

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y el gobierno nacional a través del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) trasladaran el Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete de Cusco (AIVA) al distrito de Chinchero; como una condición para seguir vigentes e incursionar "en el mundo de la globalización" y la economía del turismo; siendo las características de su licitación dentro del modelo económico de libre mercado; a través de una Asociación Publico Privada (APP); suscrito entre el Estado Peruano y el Consorcio Kuntur Wasi, para la construcción, operación y mantenimiento del futuro “Aeropuerto Internacional de Chinchero-Cusco” (AICC).
En este contexto; el proyecto del aeropuerto en Chinchero, se viene concibiéndose por más de cuarenta años; generando una multitud de reacciones de signo diverso. Desde las más polarizadas hasta las más mesuradas. Entre las que destacan las “ambientalistas”, las ideológicas, las políticas, las económicas, entre otras. Un ejemplo; desde Cusco vemos como una pugna de poder con Lima la centralista “macrocefalica”; algo, así, como el duelo de Goliat contra David, en donde sigue ganando Goliat con sus estrategias; puesto que cada gobierno de turno pone la primera piedra para la construcción del aeropuerto de Chinchero.

Somos muchos los que hemos vivido en Chinchero, a lo largo de esas décadas con la ilusión de ver aterrizar una nave casi “extraterrestre” en esas pampas de cultivos de papa y de pastoreo de animales; mientras en otros espacios el debate se daba también en cada coyuntura electoral, al propio estilo de los cusqueños “madre de hijos ajenos y madrasta de los propios”; son incontables los casos de posiciones y debates, y, en cada plan de gobierno; nunca ha faltado los proyectos estratégicos de la región de Cusco – proyecto Gas de Camisea, Fábrica de Cemento en Tinta, La Carretera Interoceánica, la explotación minera de Espinar entre otros; siendo ideales de progreso y desarrollo tan sublime para nuestra región. 

Mientras en el imaginario del colectivo de la sociedad cusqueña el AICC "será el mayor proyecto de infraestructura de los últimos años en nuestro región, e, incluso, uno de los más grandes del país", según declaraciones de sus funcionarios y servidores del gobierno regional de Cusco, siendo nuestra imaginación un proyecto pilar que sostiene el turismo enfocada al desarrollo regional de Cusco como un modelo ideal.
Por su parte, los políticos vienen afirmando que la falta de transparencia por parte del gobierno central podría afectar a los intereses de la región de Cusco, los “ambientalistas” mencionando la destrucción del paisaje cultural y la biodiversidad; mientras, la comunidad campesina es vista como opositor al desarrollo y discriminado por poseer las tierras; según, la mirada de los cusqueños no era posible que las comunidades campesinas tengan conocimiento y que entes “extraños” los asesoraban; creando en el imaginario colectivo que los comuneros simplemente no tenían la capacidad para exigir sus derechos.
Los campesinos del distrito de Chinchero, en la etapa de expropiación de sus tierras se quedaron sin capacidad de reacción por la presión mediática de los medios de comunicación, invocaron por solidaridad, sin conseguir eco puesto que la prensa de la región de Cusco, constantemente los ha catalogado como opositores del desarrollo a sus líderes y claro también la municipalidad distrital ha actuado como su "relacionista comunitario" del Consorcio Kuntur Wasi, acciones que conllevan a una ruptura de los límites de compatibilidad entre las comunidades campesinas y la municipalidad distrital de Chinchero y ritmos distintos y pugnas entre las mismas comunidades vecinas del distrito de Chinchero.
Mientras en otros espacios, algunos ciudadanos, creen que los “periodistas” de ciertos medios de comunicación de la región de Cusco, solo opinan desde su confidencialidad puesto que nunca han revisado el contenido del contrato de licitación y muchas veces desconocen el ciclo y los requerimientos que se requieren para la construcción de un proyecto de infraestructura como tal; siendo una de las razones por las cuales se generan miedos y desconfianzas al proyecto actual en la sociedad cusqueña.
Por su parte; según el sustento económico el proyecto favorecerá a la economía de la región de Cusco, además de una localización estratégica, se empalmó con las transformaciones que vive el país en el ámbito económico, político, social y cultural, por el impacto de la globalización, la aplicación del modelo económico sustentado en el libre comercio y la catalogación del “Santuario Histórico de Machupicchu” como una de las siete maravillas del mundo; acompañado por las construcciones de las grandes cadenas hoteleras en la ciudad de Cusco y el valle sagrado de los inkas, vinculados a la economía del turismo.
En la actualidad; algunos creemos que las instancias gubernamentales y sectoriales del Estado peruano, dentro del modelo económico vigente, muchas veces solo actúan como mesa de partes; aprobando sin ninguna observación los estudios técnicos; como son la licencia de construcción del AICC aprobado por la municipalidad; El Plan de Monitoreo Arqueológico, los Estudios de Ingeniería a Detalle, el Plan Maestro entro otros expedientes.
Si consideramos que este proyecto, que se vende como la referencia global en sustentabilidad y como icono de salvación económica para la región de Cusco; no considera la percepción de los habitantes del distrito de Chinchero, que pretenden urbanizar los alrededores del polígono del aeropuerto y pronto se convertirá el terminal aeroportuario tan igual que la ciudad de Cusco rodeado por asentamientos humanos; el AICC también contempla proyectos viales y podemos inferir que el impacto ambiental no será únicamente local, sino que tendría un efecto acumulado, sinérgico y a largo plazo sobre el Valle Sagrado de los Inkas, las pampas de Anta y el Valle de Limatambo. Este impacto regional es el que, nosotros los ciudadanos de Cusco, no nos importa conocer, solo queremos la mayor presencia de turistas que vemos que vienen disfrazados de color verde “$”, por eso no sabremos si los supuestos beneficios del proyecto “de necesidad publica” serán mayores que los perjuicios.
Finalmente cabe preguntarse ¿dónde se encuentra la resistencia para la no construcción del proyecto por más 40 años? Es en comunidad campesina del distrito de Chinchero; o acaso es responsabilidad de la élite política de los cusqueños y visión de desarrollo y planificación; y, como se explica la ausencia de fuerzas institucionales, políticas y sociales que solo se fijan en la apariencia del proyecto que solo quieren un aeropuerto a cualquier costo, sin ningún tipo de evaluación y planificación social, ambiental y económica; siendo las razones principales que nos motivan la presente investigación.